Qué son los activos financieros: ejemplos y clasificación

activos financieros

Los activos forman parte de las bases fundamentales y conceptuales dentro de la economía y las finanzas a nivel global. Este concepto es bastante amplio en usos y también en maneras de aplicarse, por lo que resulta en sí mismo un medio de estudio para muchos economistas.

A continuación, ahondaremos en este tópico con el fin de brindar una perspectiva más clara sobre qué son los activos, qué función cumplen y de qué manera generan un impacto en los ingresos y en las pérdidas de una compañía.

¿Qué es un activo?

Un activo es un recurso con valor económico propio que un individuo, una empresa o un país posee o controla con la expectativa de que le proporcionará un beneficio en el futuro. Los activos se consignan en el balance de una empresa y se compran o crean para aumentar el valor de la misma o para beneficiar sus operaciones.

Un activo puede considerarse como algo que, en el futuro, puede generar flujo de caja, reducir gastos o mejorar las ventas, independientemente de si se trata de un equipo de fabricación o de una patente.

Asimismo, un activo representa un recurso económico para una empresa o un individuo. Para que un activo esté presente, una compañía debe poseer un derecho sobre él a la fecha de los estados financieros. Un recurso económico es algo que es escaso y tiene la capacidad de producir beneficios al generar entradas de efectivo o disminuir las salidas de dinero.

Estas definiciones quizá son un poco engorrosas, por eso nos gusta la definición que utilizó Robert Kiyosaki en su célebre libro Padre Rico, Padre Pobre. Según sus palabras, un activo es algo que mete dinero en tu bolsillo, mientras que un pasivo es algo que saca dinero de tu bolsillo. Es decir, un activo es todo aquel bien o derecho que genera efectivo.

Activos: ejemplos y clasificación

1. Sobre la base de la convertibilidad

Una forma de clasificar los activos se basa en su fácil convertibilidad en efectivo. De acuerdo con esta clasificación, los activos totales se clasifican en activos corrientes (o circulantes) o activos fijos.

Activo circulante

Los activos que son fácilmente convertibles en efectivo, como las acciones, las existencias, los valores negociables, las inversiones a corto plazo, los depósitos fijos, los ingresos devengados, los saldos bancarios, los adeudos, las letras por cobrar, los gastos pagados por adelantado, etc., se clasifican como activos corrientes.

Activo fijo

Los activos fijos son de naturaleza fija en el contexto de que no son fácilmente convertibles en efectivo. Requieren un elaborado procedimiento y tiempo para su venta y su conversión en dinero en efectivo. La tierra, los edificios, las instalaciones, la maquinaria, los equipos y los muebles son algunos ejemplos de activos fijos.

2. En función de su naturaleza

Activos materiales

Los activos materiales son aquellos que podemos tocar, ver y sentir. Todos los activos fijos son tangibles. Además, algunos activos corrientes, como las existencias y el efectivo, también se incluyen en la categoría de activos materiales.

Bienes inmateriales

No podemos ver, sentir o tocar físicamente los activos intangibles o inmateriales. Algunos ejemplos de activos intangibles son el fondo de comercio, los acuerdos de franquicia, las patentes, los derechos de autor, las marcas, las marcas registradas, etc.

También se clasifican en el activo porque los propietarios de los negocios obtienen ganancias monetarias con la ayuda de estos activos intangibles. La marca comercial, la marca y el fondo de comercio de una empresa contribuyen a la comercialización y venta de sus productos. Muchos compradores compran productos sólo viendo su marca registrada y su marca en el mercado.

3. En función del uso

Según una tercera forma de clasificación, los activos son operativos o no operativos. Esta clasificación se basa en la utilización del activo fijo para la operación contable.

Activos operativos

Los activos operativos son aquellos que son necesarios para la transacción diaria actual. En pocas palabras, los activos que una empresa utiliza para producir un producto o servicio son activos operativos. Estos incluyen efectivo, saldo bancario, inventario, planta, equipo, etc.

Activos no operativos

Todos los activos que no son de utilidad para las operaciones comerciales diarias, pero que son esenciales para el establecimiento de la empresa y para sus necesidades futuras, se denominan no operativos. Esto podría incluir algunos bienes raíces comprados para generar beneficios con su apreciación o exceso de efectivo en el negocio, que no se utiliza en una operación.

Características de los activos

Existen tres características de los activos: beneficio económico futuro probable; controlado por la entidad y resultado de eventos u operaciones anteriores. Los activos pueden ser corrientes (por ejemplo, efectivo, cuentas por cobrar) y no corrientes (por ejemplo, activos fijos, inversiones a largo plazo).

También existen relaciones bancarias que pueden hacer que el valor de un activo aumente o se reduzca en un tiempo determinado, como por ejemplo las divisas y el sistema cambiario internacional (ver qué es Forex y cómo funciona).

Razones poderosas para iniciar tu propio negocio

iniciar tu propio negocio

Si estás pensando en iniciar un negocio, antes de hacer nada deberías identificar oportunidades de negocio y cuestionarte la verdadera razón por la que vas a dar el paso. Decidir emprender debe ser fruto de una decisión meditada, sopesada y sobre todo, deseada.

Montar un negocio, con independencia de su tamaño o envergadura, necesita tener una gran motivación detrás, un “para qué” poderoso. Esto será el gran motor que te mueva cada día, y por ello, el verdadero motor de tu empresa.

Has de tener muy claro las razones últimas que te van a convertir en empresario, con todas las consecuencias que ello implica, tanto positivas como negativas. Y han de ser poderosas y fuertes estas razones para que alimenten tu motivación cada mañana.

Razones para montar tu propio negocio

Cada persona ha de encontrar sus propios motivos y razones para montar un negocio. Y cuando digo propios, me refiero a que sean verdaderamente tuyos, personales. No valen aquí los argumentos de tu pareja, de tu mejor amigo o de la familia. Quien tiene que estar al pie del cañón cada día eres tú, y será tu propia motivación quien te mantendrá a flote.

Por eso, sólo puedo compartir aquí mis propias razones para emprender y montar un negocio. Algunas, es posible que las compartas, otras no tienes por qué. Pero es posible que te ayuden a establecer las tuyas. Vamos con ellas.

1. Crear el trabajo que te apasiona

Es muy difícil encontrar un trabajo que cumpla todos tus deseos y expectativas, que se adapte a ti en todas sus áreas. En cambio, cuando montas tu negocio creas tu puesto a tu medida, según tus gustos y necesidades. Lo diseñas tú realizando lo que verdaderamente te apasiona. El trabajo se convierte en un vehículo para alcanzar tus sueños. Eres libre de tomar tus propias decisiones.

Tú lo decides todo:

  • Cómo administrar tu tiempo
  • Los objetivos que te van a guiar
  • Quiénes serán tus clientes
  • Qué productos y servicios les vas a ofrecer
  • Cómo te vas a comunicar con ellos

2. Dar rienda suelta a tu potencial

Tu negocio necesita de todas tus habilidades y fortalezas. Hay que sacar lo mejor de uno mismo para ponerlo al servicio de tu empresa y tus clientes. Es el momento de demostrarte lo mucho que vales… Podrás desarrollar nuevas competencias que te harán crecer y desarrollarte.

3. Poner en marcha tus ideas

Es tu negocio. Puedes hacer lo que quieras. Nadie te va impedir poner en práctica esas fantásticas ideas que te rondan en la cabeza y que serán un factor diferencial. Imaginar, crear, y hacer realidad los modelos que más te gustan para tu empresa.

4. Generar dinero

Un tema importante ¿verdad? Si haces bien las cosas, tus clientes te pagarán encantados por tus productos o servicios. Y cuanto más les guste, más te compraran. Sólo depende de ti el hacer crecer tu cuenta en el banco. Nadie te pone límites a lo que quieras ganar.

5. Satisfacción de crear algo por ti mismo

Tu negocio lo creas tú, desde cero. Es casi como un hijo, que nace de lo mejor de ti mismo, al que tienes que cuidar y mantener. Y se siente un gran orgullo al verlo crecer y consolidarse. Es tu gran obra personal.

6. Conocer a muchas personas

Un negocio propio te permite estar en contacto con cientos de personas con las que mantienes relaciones. Personas de todo tipo que te aportarán conocimientos, experiencia y nuevas amistades. Aprendes a mejorar tus habilidades sociales y a crecer como persona. Tu red de contactos se extiende y llegas a nuevas posibilidades de negocio.

7. Establecer tu propio equipo

Un negocio que crece necesita de un gran equipo, y si es tuya la empresa, puedes decidir cómo montar el tuyo, qué personas son las que quieres que formen parte de él, o qué áreas se complementan mejor contigo. El talento en tu negocio lo eliges tú.

8. Ayudar a la comunidad

De alguna forma, tu negocio aporta algo a la sociedad, solucionas un problema o una necesidad para un grupo de personas. Aportas valor para alguien (tu cliente), además de colaborar con tus impuestos, con tus compras o con la generación de empleo que puedas crear a hacer crecer la comunidad en la que te encuentras.

9. Es el mejor momento

La situación económica parece que empieza a tener signos de recuperación. Empezar a tiempo puede darte una gran ventaja frente a los competidores que vengan detrás. Y ahora puedes encontrar apoyos, nuevas formas de financiación o nichos de mercado abandonados que te proporcionan grandes oportunidades. Sin contar con el desarrollo de la tecnología que tienes en tus manos y todo lo que puede hacer por ti.

Estas son algunas de mis razones para tener mi propio negocio. Todas ellas me ayudan a saber que estoy en el buen camino, que disfruto con lo que hago y me hacen feliz con mi trabajo.

Espero que tu también encuentres tus propias razones para emprender y que te apoyes cada día en ellas para seguir creciendo.

Cómo identificar oportunidades de negocio. Claves del éxito

Cómo identificar oportunidades de negocio

Todo negocio comienza con una idea. Una idea que el emprendedor es capaz de dar forma para convertir en un negocio rentable y viable en el tiempo. Sin embargo, son muchos los emprendedores que se estancan en esta primera fase. Y es que encontrar oportunidades de negocio no siempre es una tarea sencilla, sobre todo en un mercado tan congestionado como el actual.

En este sentido, son muchas las personas que se afanan sin éxito en encontrar una idea rentable desde un punto de vista comercial. Esta búsqueda es una parte fundamental del proceso de creación de una empresa, pero, ¿dónde podemos localizar ideas que funcionen y que no tengan demasiada competencia? ¿Por dónde debemos empezar? ¿Existe alguna clave que nos garantice la viabilidad de nuestra compañía?

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