Finanzas personales: 13 consejos para organizar tus finanzas

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De repente el salario ya no compensa los gastos regulares del mes, su salud se debilita y el insomnio aparece, seguido por una gran sensación de desesperación. Esos son algunos signos del descontrol financiero si no contamos con unas finanzas personales con buena salud.

A pesar de que muchas personas no saben cómo lidiar con el dinero, cambiar esa realidad es posible con un poco de formación. El descontrol financiero puede ser evitado con algunas acciones que impactan en el día a día de las personas.

No gastar más de lo que se gana, no caer en deudas e intereses, anotar los gastos diarios y ser racional a la hora de consumir son algunos pasos importantes. A continuación analizaremos 7 consejos que le ayudarán a salir del desorden financiero.

1. Reconozca su descontrol financiero

Sólo quien asume que su vida financiera está descontrolada logra organizarla. Quien no encara esa situación como un hecho, tiende a postergar la propia recuperación.

Si está sin crédito y su nombre ya tiene un mal historial crediticio, debe tomar acción (aquí le explicamos cómo saber si estoy en Asnef). Eso es descontrol financiero. Muchas personas pasan por el mismo problema, por eso, no tenga reparos a la hora de asumir su situación real.

Haga un diagnóstico realista de su vida financiera. Si es necesario, recurra a los profesionales del área o softwares que le ayudarán en el diagnóstico. Acepte su situación y prepare una estrategia de combate y recuperación.

2. Haga una planificación

Para salir del sofoco financiero es necesario hacer una buena planificación. Vea cuáles son sus cuellos de botella financieros: tarjeta de crédito, hipoteca de su vivienda, deuda en la escuela de los niños, etc. Planifique cómo va a eliminar cada deuda, considerando que aquellas más caras -como la tarjeta de crédito- debe ser su prioridad.

Toda planificación debe tener un objetivo, una fecha correcta para comenzar las acciones e indicaciones de cómo se desarrollarán. Recuerde poner metas objetivas y factibles, por ejemplo: negociar la deuda en la escuela de los niños, cortar las compras con tarjeta de crédito, etc. Ojo con las tarjetas revolving.

3. Adecuarse a la nueva realidad

El que pasa por un período de descontrol financiero necesita adaptarse a las nuevas necesidades para salir de esa situación. Esto incluye un consumo más consciente, nueva rutina que implica reducción de gastos y descubrimiento de nuevas formas de ingreso. Si ha hecho una planificación financiera sin duda una de sus metas debe ser reducir el gasto.

Siempre comience reduciendo los gastos superfluos. Corte el consumo de ropa y accesorios, reduzca los gastos en ocio… Adquiera nuevos hábitos en su rutina y opte por llevar comida para el trabajo en lugar de almorzar todos los días en restaurante.

Haga estas pequeñas adecuaciones y vea cuánto ahorrará en el día a día. Las acciones pueden ser por un período, pero después de que percibe el resultado, se convertirán en verdaderos hábitos de vida.

4. Registre todos sus gastos

No tenga pereza ni miedo a registrar sus gastos. Del pan al pago de la cuota del coche. Todo debe estar debidamente registrado en un cuaderno, hoja de cálculo o una aplicación.

Lo importante es no perder esos gastos de vista. Incluso el café que toma todos los días debe ser anotado. Si cuesta 1,30 euros, en una semana habrá gastado 9,10 euros; en un mes, 39 €… y al final de un año serán 475 euros que podrían ser ahorrados.

Esta es una acción esencial para salir del descontrol financiero. Al ver cuánto gasto innecesario podría haber sido evitado, se movilizará en pro de acciones que van a auxiliar en su recuperación y reeducación financiera.

También vale la pena mirar los contratos de servicio que están en vigencia. Identifique servicios o tasas ilegales o que no tengan sentido para usted. Reducir el plan de datos de su internet y hasta cortar la televisión por cable si es necesrio.

5. Negocie siempre

¿Tiene facturas atrasadas? Contacte con la prestadora del servicio y aproveche las campañas de negociación; si la cuestión involucra a la operadora de tarjetas de crédito, evalúe si es mejor hacer un préstamo para cancelar al contado.

Hay algunas situaciones en las que el préstamo puede ser una buena solución. Haga un análisis detallado de la situación y considere esta alternativa. No hay acción prohibida cuando se quiere resolver la situación financiera, pero existe la mejor opción para cada caso. Si ha intentado negociar y no lo ha conseguido, diga que va a esperar una condición mejor para resolver la deuda pendiente.

6. Trabaje su cabeza

Vivir una situación de descontrol financiero no es nada fácil, pero no necesita desesperarse y aislarse por ello. Hay siempre formas de resolver la situación. Trabaje su cabeza para no transformar ese período en un tiempo de mal humor y desánimo.

Celebre cada pequeña conquista: una deuda cerrada, la recuperación del crédito, una negociación lograda. Disfrute de disfrutar de las atracciones gratuitas que ofrece su ciudad. Visite museos, paseos en parques ecológicos, visite plazas. Hay muchas alternativas de diversión gratuitas, sólo tienes que estar abierto a ellas.

7. Envolver a la familia en la solución

No tiene sentido esconder a la familia el momento vivido. Es muy importante que todos entiendan y sepan la situación de descontrol financiero vivida y se involucren en la solución. Esta puede ser una oportunidad de empezar a reedificar a toda la familia a las cuestiones que involucran las finanzas.

Es necesario dejar claro cómo cada uno podrá contribuir: reduciendo el consumo de juegos, recibiendo una paga menor o suspendiéndola por un tiempo y restringiendo los paseos al centro comercial. Mostrando las acciones de cada uno, todos se sienten responsables de la recuperación financiera y toman conciencia sobre el problema.

La salud financiera es algo esencial en la vida de las personas. Aprenda a entender las lecciones que una situación de descontrol financiero puede presentar.

8. Día del presupuesto

Reserve un día por mes para organizar su vida financiera. Monte una planilla con gastos fijos, deudas, pagos, posibles gastos. Incluya asimismo sus ingresos, como sueldo, ingresos de alquiler, ganancias ocasionales, etcétera. Monte su presupuesto mensual, acomodando los gastos a los ingresos. Lo idóneo es que siempre y en toda circunstancia quede entre el diez por ciento y el veinte por ciento .

9. Priorizar

Si el presupuesto está desequilibrado –un gasto mayor que los ingresos–, el camino es reducir de forma inmediata los gastos. Establezca prioridades y suprima lo que no es esencial. Ese periodo de ajuste requiere disciplina. Visitas al restaurante, paseos, viajes o compras innecesarias pueden aguardar hasta el momento en que se recupere el equilibrio financiero.

10. Aprenda a utilizar el dinero

A la mayor parte de la gente le importa aprender a hacer dinero, pero no de qué manera emplearlo. Hay gran diferencia entre las dos situaciones. Todos conocen historias de empresarios que amontonaron fortunas, pero que acabaron quebrados. Nada mejor que aprender de los fallos de otros. Lea, estudie, busque información sobre finanzas. Hay múltiples libros, gacetas, periódicos y sitios que traducen tecnicismos económicos al lenguaje rutinario.

11. Fijar objetivos financieros

Determine un valor, un plazo y un propósito financiero a lograr. Organícese de forma que se creen las condiciones a fin de que se cumpla el propósito.

12. Ahorrar siempre y en toda circunstancia

No hay organización de las finanzas personales sin ahorros. Es la reserva de capital la que deja a la persona hacer en frente de situaciones de urgencia o bien crisis estacionales. Considere como compromiso la labor de guardar del diez por ciento al veinte por ciento de su ingreso mensual.

13. Aprender a invertir

Desde un determinado nivel de organización de las finanzas, la persona dispone de recursos para la inversión. Las cuentas están al día, no hay deudas pendientes y el propósito de gastar menos de lo que gana se transformó en ley. Es hora de hacer que el dinero trabaje para ti. Busque inversiones conforme a su perfil. Para esto, pida la ayuda de su gerente del banco, cuente con la ayuda de empresas expertas en prestar esta clase de asesoramiento o bien se capacite para aceptar la labor de cuidar a sus inversiones.

Si quieres más consejos para mejorar sus finanzas personales, en estos otros artículos le contamos algunos consejos de finanzas para parejas, 31 trucos de economía doméstica7 hábitos que perjudican su presupuesto familiar y 7 hábitos financieros negativos.

Qué son los activos financieros: ejemplos y clasificación

activos financieros

Los activos forman parte de las bases fundamentales y conceptuales dentro de la economía y las finanzas a nivel global. Este concepto es bastante amplio en usos y también en maneras de aplicarse, por lo que resulta en sí mismo un medio de estudio para muchos economistas.

A continuación, ahondaremos en este tópico con el fin de brindar una perspectiva más clara sobre qué son los activos, qué función cumplen y de qué manera generan un impacto en los ingresos y en las pérdidas de una compañía.

¿Qué es un activo?

Un activo es un recurso con valor económico propio que un individuo, una empresa o un país posee o controla con la expectativa de que le proporcionará un beneficio en el futuro. Los activos se consignan en el balance de una empresa y se compran o crean para aumentar el valor de la misma o para beneficiar sus operaciones.

Un activo puede considerarse como algo que, en el futuro, puede generar flujo de caja, reducir gastos o mejorar las ventas, independientemente de si se trata de un equipo de fabricación o de una patente.

Asimismo, un activo representa un recurso económico para una empresa o un individuo. Para que un activo esté presente, una compañía debe poseer un derecho sobre él a la fecha de los estados financieros. Un recurso económico es algo que es escaso y tiene la capacidad de producir beneficios al generar entradas de efectivo o disminuir las salidas de dinero.

Estas definiciones quizá son un poco engorrosas, por eso nos gusta la definición que utilizó Robert Kiyosaki en su célebre libro Padre Rico, Padre Pobre. Según sus palabras, un activo es algo que mete dinero en tu bolsillo, mientras que un pasivo es algo que saca dinero de tu bolsillo. Es decir, un activo es todo aquel bien o derecho que genera efectivo.

Activos: ejemplos y clasificación

1. Sobre la base de la convertibilidad

Una forma de clasificar los activos se basa en su fácil convertibilidad en efectivo. De acuerdo con esta clasificación, los activos totales se clasifican en activos corrientes (o circulantes) o activos fijos.

Activo circulante

Los activos que son fácilmente convertibles en efectivo, como las acciones, las existencias, los valores negociables, las inversiones a corto plazo, los depósitos fijos, los ingresos devengados, los saldos bancarios, los adeudos, las letras por cobrar, los gastos pagados por adelantado, etc., se clasifican como activos corrientes.

Activo fijo

Los activos fijos son de naturaleza fija en el contexto de que no son fácilmente convertibles en efectivo. Requieren un elaborado procedimiento y tiempo para su venta y su conversión en dinero en efectivo. La tierra, los edificios, las instalaciones, la maquinaria, los equipos y los muebles son algunos ejemplos de activos fijos.

2. En función de su naturaleza

Activos materiales

Los activos materiales son aquellos que podemos tocar, ver y sentir. Todos los activos fijos son tangibles. Además, algunos activos corrientes, como las existencias y el efectivo, también se incluyen en la categoría de activos materiales.

Bienes inmateriales

No podemos ver, sentir o tocar físicamente los activos intangibles o inmateriales. Algunos ejemplos de activos intangibles son el fondo de comercio, los acuerdos de franquicia, las patentes, los derechos de autor, las marcas, las marcas registradas, etc.

También se clasifican en el activo porque los propietarios de los negocios obtienen ganancias monetarias con la ayuda de estos activos intangibles. La marca comercial, la marca y el fondo de comercio de una empresa contribuyen a la comercialización y venta de sus productos. Muchos compradores compran productos sólo viendo su marca registrada y su marca en el mercado.

3. En función del uso

Según una tercera forma de clasificación, los activos son operativos o no operativos. Esta clasificación se basa en la utilización del activo fijo para la operación contable.

Activos operativos

Los activos operativos son aquellos que son necesarios para la transacción diaria actual. En pocas palabras, los activos que una empresa utiliza para producir un producto o servicio son activos operativos. Estos incluyen efectivo, saldo bancario, inventario, planta, equipo, etc.

Activos no operativos

Todos los activos que no son de utilidad para las operaciones comerciales diarias, pero que son esenciales para el establecimiento de la empresa y para sus necesidades futuras, se denominan no operativos. Esto podría incluir algunos bienes raíces comprados para generar beneficios con su apreciación o exceso de efectivo en el negocio, que no se utiliza en una operación.

Características de los activos

Existen tres características de los activos: beneficio económico futuro probable; controlado por la entidad y resultado de eventos u operaciones anteriores. Los activos pueden ser corrientes (por ejemplo, efectivo, cuentas por cobrar) y no corrientes (por ejemplo, activos fijos, inversiones a largo plazo).

También existen relaciones bancarias que pueden hacer que el valor de un activo aumente o se reduzca en un tiempo determinado, como por ejemplo las divisas y el sistema cambiario internacional (ver qué es Forex y cómo funciona).