En el mundo empresarial, asegurar la fluidez de efectivo es esencial para el crecimiento y la estabilidad financiera. Una opción cada vez más popular para lograr este objetivo es el factoring, un servicio de financiamiento que permite a las empresas convertir sus cuentas por cobrar en efectivo, liberando liquidez sin incurrir en deudas.
Dentro de las diferentes modalidades de factoring, dos destacan por su importancia y diferencias: el factoring con recurso y el factoring sin recurso. En este artículo analizaremos sus diferencias para que entiendas cuál es la mejor solución para ti.