Todos los empresarios que han decidido realizar operaciones a nivel europeo han oído hablar del número VAT, que no es más que un número o código que identifica a una empresa en el ámbito de la Unión Europea. Es, por tanto, muy similar al NIF que tenemos en España, pero con un alcance distinto: mientras el NIF identifica a la compañía dentro de nuestras fronteras, el VAT hace lo propio en todo el territorio comunitario.
En este artículo vamos a analizar cuáles son las singularidades de este código y cómo conseguirlo si quiere comenzar a operar con su compañía en la Unión Europea.
Definición de VAT
Como hemos adelantado en las primeras líneas, el VAT es un número de identificación que deben solicitar las empresas que vayan a realizar operaciones comerciales con otras compañías de la Unión Europea. Gracias a él, cualquier entidad o trabajador autónomo puede facturar a otras empresas establecidas en territorio comunitario.
Todas las empresas españolas cuentan por defecto con un número de identificación para nuestro país, el NIF, sin embargo el VAT tiene que ser solicitado por cada compañía en la Agencia Tributaria para poder operar fuera de nuestras fronteras. Este número tiene su origen en la puesta en marcha del SEPA, el área única de pagos europeo (Single Euro Payments Area). Dentro de esta área, cualquier ciudadano o empresa puede efectuar transacciones comerciales en euros con las mismas garantías que en su propio país, aunque para ello deberá disponer del VAT.
Cómo solicitar el VAT
Para disponer de un número VAT, las empresas tienen que solicitarlo directamente en su delegación de Hacienda, poniendo de manifiesto que necesitan este código para realizar sus operaciones en territorio de la Unión. Sin embargo, no todo es tan sencillo, ya que la Agencia Tributaria exigirá a estas compañías una serie de requisitos para demostrar que están en disposición de operar a nivel continental. Así, mientras las delegaciones de algunas comunidades autónomas expiden el código sin ningún tipo de exigencias, otras convierten este trámite en un auténtico calvario. De hecho, algunas regiones realizan visitas a las instalaciones de las empresas demandantes y solicitan infinidad de documentos antes de otorgar el VAT number Spain.
Con estos controles Hacienda se asegura que este código sólo es solicitado por las empresas que realmente van a operar fuera de nuestro país, eliminando la apertura de expedientes y trámites innecesarios. Con ello también se evita dar de alta a nivel europeo a empresas que nunca van a realizar operaciones con otras compañías de la Unión Europea.
Una vez presentada la solicitud, la Agencia Tributaria comenzará a realizar una serie de investigaciones para comprobar que la empresa en cuestión necesita un código VAT para facturar fuera de España. Para ello solicitará una serie de documentos a la empresa solicitante. ¿Los más habituales? Un pedido ya realizado, la petición de un presupuesto por parte de otra compañía establecida en la UE o la solicitud de la prestación de un servicio.
Una vez analizada esta documentación (sólo en las comunidades autónomas más restrictivas), la Agencia Tributaria otorgará el VAT si considera que la compañía solicitante es susceptible de operar fuera de nuestro país. Este trámite puede prolongarse por un periodo de 15 días.