Supongamos que estás pensando montar una panadería y no tienes el dinero suficiente para comprar la maquinaria y seguir adelante con tu proyecto. Posiblemente pienses en pedir un préstamo o crédito a tu banco o buscar otras alternativas de financiación, como el crowdfunding o el crowdlending.
Pero como veremos en este artículo, hay dos productos financieros que también te será útiles en este caso, hablamos del leasing y del renting. Estos términos, aunque parezcan muy similares, tienen notables diferencias y de esas diferencias es precisamente de lo que vamos a hablar.
A continuación profundizaremos en la diferencia entre leasing y renting después de definir ambos conceptos y de desgranar todas sus ventajas y beneficios para las empresas y los profesionales autónomos.
Significado de leasing
El leasing, también conocido como arrendamiento financiero, es un contrato mediante el cual una empresa hace la compra de un producto para su cliente, quien podrá disfrutarlo siempre y cuando cancele una serie de cuotas periódicas establecidas en un contrato.
Los bienes comprados comienzan siendo propiedad de la entidad que los adquirió y una vez que el cliente ha cancelado todo el importe, tiene la opción de comprar el bien que ha sido liberado.
No obstante, la compra no es la única operación posible en este caso, pues también se permite al cliente devolver el bien o alargar el contrato, sin necesidad de realizar la compra.
Renting: definición
Muy parecido al leasing es el renting, que consiste en la compra por parte de una empresa de determinado bien y que el cliente debe pagar en cuotas, pero también debe hacerse cargo de todos los gastos derivados del bien. Además, cuando el contrato finalice, el producto sigue siendo propiedad de la entidad compradora, pues no existe la opción a compra, pero sí las de devolver el bien o prorrogar el contrato.
Diferencias entre leasing y renting
A simple vista, leasing y renting son prácticamente lo mismo, pero si leíste las definciones anteriores pudiste ver que se diferencian en que uno (leasing) da la opción de comprar el bien, mientras que el otro (renting) no lo permite.
Sin embargo, aunque esta es la diferencia más notable, no es la única, aquí tienes algunas más.
Los contratos de leasing tienen un lapso de tiempo de mínimo 2 años y no permiten ser cancelado ante del plazo estipulado, mientras que los contratos de renting van desde 1 hasta 5 años.
Debido a que el leasing se enfoca en usar el bien en actividades económicas, va dirigido a empresarios y autónomos, mientras que los contratos de renting puede realizarlos cualquier persona, sin darle importancia al uso estipulado para el bien adquirido.
Por otro lado, en el leasing las cuotas tienden a ser bajas porque en este tipo de contratos no se toman en cuenta aspectos como el mantenimiento o reparación del bien, algo que sí sucede en el renting, lo que hace que como consecuencia las cuotas sean más altas. De hecho, no solo se contemplan costes por mantenimiento, sino también el pago de impuestos, seguro obligatorio y otros que en el contrato hayan sido acordados por las partes.
Ahora ya conoces las principales diferencia entre leasing y renting, por lo que estás preparado para solicitar el tipo de contrato que mejor se adapte a tus necesidades y circunstancias.