Pagaré en blanco: ¿Te pueden timar? ¿Es legal y seguro?

Existen varios métodos para “asegurar” un pago o prometer el abono de una cantidad a tus clientes. Uno de los más empleados es el denominado pagaré y posee, en sí mismo, variadas tipologías de presentación: pagaré nominativo, pagaré a la orden/no a la orden, pagaré a la vista, pagaré al portador, pagaré cruzado, pagaré en blanco, pagaré con o sin recurso

En general, un pagaré supone la promesa de un deudor o suscriptor, de pagarle a otra persona, que puede ser llamado beneficiario o acreedor. El monto a cancelar y la fecha se estipulan bajo previo acuerdo y deben quedar registrados en el contrato.

Aunque las políticas económicas de cada país pueden variar, la legalidad del pagaré estará determinada por la presencia de:

  • El enunciado que identifique el documento como un pagaré.
  • La suma a cancelar y la fecha determinada para hacerlo.
  • Fecha y ubicación al momento de la redacción del documento.
  • El compromiso de pago.
  • Identificación de la persona natural o jurídica a quien se le prometerá el pago.
  • La firma del deudor o del autorizado para firmar en su nombre.

Aunque estos puntos suelen ser genéricos para todos los tipos de pagaré, es posible encontrarnos con modelos que se salten algunos de ellos. Por lo cual, es conveniente que, antes de aceptar esta opción de pago, verifique los puntos antes mencionados.

¿Qué es un pagaré en blanco?

Este modelo de pagaré se caracteriza por dejar espacios en blanco en el momento de su emisión, los cuales serán completados más adelante. Por ende, un pagaré en blanco dependerá de la confirmación de todos los datos para finalizar su llenado.

Al momento de su emisión, el pagaré contará con aspectos sin cubrir. Esto podría restarle validez, sin embargo, la máxima prioridad de este documento es que se encuentre completo antes de su vencimiento.

Este tipo de pagaré suele aplicarse entre personas de gran confianza; en estos casos, se espera que el contrato contenga, al menos, la estructura requerida. Que contenga la identificación de ser un pagaré y los espacios reservados para fijar, posteriormente, los datos necesarios.

La utilidad de cualquier pagaré está determinada por su propiedad de dar garantía al cumplimiento de un pago que, por cualquier motivo, no se realizó al inicio del proceso de compra y venta. Actividades como la aplicación de préstamos financieros, pagos por servicios de extensa temporalidad y demás exigencias con fines económicos, son solo algunas de las razones por las cuales se utiliza un pagaré.

El pagaré en blanco, específicamente, se emplea para comprometer el pago de obligaciones que, al momento de su creación, no estaban determinadas.

Riesgos de firmar un pagaré en blanco

Son innegables los riesgos de firmar un pagaré en blanco; por eso, de ser necesario aplicar a estos documentos, hacerlo con personas o entidades mercantiles que sean de tu entera confianza. Porque, una vez firmado el documento en blanco, los espacios pueden ser complementados con variantes considerables a las establecidas en un acuerdo de palabra.

En estas modificaciones, quienes suelen verse afectados son los acreedores del contrato. La sugerencia más acertada que se puede hacer es que nunca firme un pagaré en blanco, menos aún si se siente obligado por su contraparte.

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